En un pequeño poblado que tubo su constitución casi en los cimientos del pico diego D`Ocampos, Villa González; o las lagunas como le llamaron sus primeros fundadores, Tulia y Maria Pichardo, dos damas sin descendencias directas, pero que disfrutaron el amor de hijas, de dos sobrinas, una de las cuales la honra con la creación de la Fundación Tulia y Maria Pichardo. Tulia fue la estrella que, como una señora luz para el resto de su familia, surgió desde el inmenso cielo un 25 de mayo del año 1896. Cuatro años mas tarde un 25 de diciembre del año 1900, otra luz se posa en el seno de la familia dando lugar a la llegada de Maria.
Estas dos damas nunca se separaron en el transcurso de sus largas vidas, llenas de actos de bondad, sólo la muerte puso hacerlo en la misma forma que llegaron, primero Tulia: Luego Maria, pero al despedirse de este mundo, dejaron a una sobrina que fue, no sobrina, sino una hija muy preciada, Mirtea Pou de Pose, quien tiene el honor de internacionalizar el nombre de esas dos damas e eternizarlo con la creación de una institución acorde a como ellas vivieron.
Por eso la Fundación Tulia y Maria Pichardo, para favorecer a Niños, Niñas y Adolescentes necesitados de cariño y oportunidades en la vida del pueblo de Villa González, nace para darle continuidad a lo que ellas en sus respectivas vidas fomentaron, apoyo, protección, ejemplo, abstinencia en muchas cosas, consagración a la integridad familiar.
Esas dos damas del siglo pasado, hoy se recuerdan con amor a través de la fundación que lleva sus nombres; y el objetivo de la misma, el de favorecer a los que necesitan de una mano amiga, las de Tulia y Maria, son las que se extienden mediante la institución, como evidencia de la forma como vivieron. Las dos se conservaron puras, fueron mutuas hermanas, mutuas madres, mutuas amigas, y ahora siguen unidas a la fundación, mutuamente elevadas por el recuerdo de los que las conocieron, y por la aceptación de quienes reciben los beneficios de la institución honradas por sus nombres.